El arrebato de la salsa
- historiasamalgama
- 9 sept 2019
- 2 Min. de lectura
PERFIL
Luis Carlos Arturo-Melómano
Vive la vida, mira que se va y no vuelve Bohemio soy de corazón, amo yo esta vida con loca pasión
Siempre alegre-Raphy Leavitt

A Luis Carlos le llegó el arrebato de la salsa cuando tenía 13 o 14 años y escuchaba Radio El Sol de Cali, que en ese entonces tenía un programa llamado “El Show de Raúl Palomino”, en el que conoció a la Sonora Matancera y por ahí seguido se enamoró de las pachangas, charangas, boogaloos y de Nelson y sus estrellas, que apenas estaba comenzando con el Tema del Papelón y Ven Caraqueña.
Con sus amigos, en la pubertad, empezaron las rumbas, los agüelulos, que aquí llamaron arroz de leche y melcochas bailables, las salidas al grill Palacé, al El Placer, Puelenje, Campín que quedaba en Chune o los Hoyos, donde se escuchaba salsa y también música tropical. A los 15 años todavía le pedía permiso a su papá para salir, pero las muchachas y la música lo llamaban y no faltó una que otra escapada.
Con la salsa vino el baile, aprendió escuchando, viendo, y sobre todo pateando a la pareja. Fue su mamá quién le enseño, además de salsa a bailar boleros y paso doble viejo, ese que bailaba con su papá cuando ambos eran dos rumberos y en la pista ofrecían un espectáculo. Fue también una habilidad para la vida porque cree que todo aquel que es buen bailarín de salsa entra en todas partes y nadie le cierra las puertas.
Ser melómano es un gusto por la melodía, no importa cuál sea la música, lo sabe porque su niñez fue pasando de los años 60 a los 70 y empezó escuchando baladas de Sandro, Álamo, Giaco Monti y después, en fiestas y reuniones familiares, empezaron a sonar los Teen Agers, la música tropical. Gracias a la película “Woodstock: 3 días de paz y música” conoció el rock pesado y fue también rockero, como dice él que en algún momento fue todo melómano. Hoy todavía escucha a Carlos Santana, Led Zeppelin y Alice Cooper.
Quiere que lo entierren con la canción Siempre Alegre de Raphy Leavitt, pero más allá no puede escoger temas favoritos, con todos se devuelve el reloj y se remueven los recuerdos, con Richie Ray, Nelson y sus estrellas, en ese tiempo salsa de golpe, que cuando escuchaba Pancho Cristal o Bomba Camará le bailaban los pies donde estuviera sentado. Recuerdos hay también de conciertos inolvidables como el de La Fania aquí en Popayán, el de Óscar de León en la Plaza de Toros, en el que juró no volver por la poca asistencia, juramento que se cumple hasta el día de hoy, o el de los hermanos Lebrón, que cuando sonó el tema Fe o Sin negro no hay Guaguancó, no se sabía si salir a bailar o quedarse con la boca abierta mirando.
Lo más importante que le ha dejado la salsa son amistades, a pesar del dolor y los recuerdos, como el de sus hermanos con los que era una sola persona cuando estaban juntos, inseparables y que por cosas de la vida se fueron, más allá de la nostalgia, están los amigos y toda la gente que conoció.
Muchas gracias por el articulo escrito, esta genial.