prescindibles
- historiasamalgama
- 6 may 2019
- 2 Min. de lectura

Siempre te he extrañado, he deseado verte desde esa noche cuando tomamos unas cuantas cervezas, cruzamos la avenida que da al puente de la terminal y me tomaste de la mano para no caer. Al despedirnos fuera de mi casa nos abrazamos por minutos y me prometiste que todo mejoraría. Ese acto lo repetimos como dos cómplices, el ritual de sentir pecho con pecho los pálpitos que se van uniendo en un ritmo par "es cuando los corazones están más cerca", yo lo tomé como una oración que debía profesar después de invocarnos, como un código cuya contraseña era tu nombre.
Debo recalcarte, porque creo que ya sospechas qué siento, que cuando me hablas y paras de repente me desconciertas, que cada vez que subo un peldaño en la difícil tarea de olvidarte me escribes, o apareces en la calle y me invitas a una pola y quisiera gritarte al final de la velada que yo nunca hice nada, no forcé que vinieras a mi casa y me besaras.
Por todo me repito que no debo pensarte, porque me siento mal por confundirme contigo, por desear verte y tener nuestro pequeño rito y sentir algo que me emociona, porque a veces se me pasa por la cabeza que todo podría funcionar.
Pensar en decirte lo que deseo decirte o escuchar lo que deseo escuchar. Salir y caminar sin rumbo y confesar que eres mi parcero, que, aunque no hablemos, siempre lo serás, que al caminar veo tu casa y me pregunto si estarás allí. Que no me gustaría no haberte besado, pero si tengo un odio irremediable con mis palabras pronunciadas, por ser confusa, por proferir que no era el momento, porque ahora parece que no lo será, que cada día estamos más lejos.
Deseo que sepas que entiendo cómo eres, que hay muchas mujeres en tu corazón, que no soy ella, ni ella, ni ella, solo soy yo y tú, solo eres tú. Que a pesar de no salir conmigo me has hecho estremecer de esa manera, que cuando me hablas hay algo dentro de mí que me hace sentir en paz. Qué me he metido toda mi vida con personas para no estar sola, que me enamoré, me encapriché, o solo hablo por hablar, sin sentir, lo que tú me haces sentir.
Soy cursi, tú lo eres también, pero estamos lejos y no queremos encontrarnos, nos parecemos mucho y ninguno quiere aceptar que es delicioso ser y dejarse llevar como nosotros nos lo permitimos. Que me encuentro cuando estás cerca y quisiera que entiendas que me conformo con tus charlas, que me digas lo que ya sé, que me digas cosas que he olvidado, que me digas que me quieres, porque yo te diría: también te quiero, y mucho.
コメント